Esta boda de tarde, a principios de otoño, impregnó a nuestra Masía con unos tonos mágicos gracias a la luz cálida del sol de media tarde. Marina y Juan irradiaron calidez a todos sus invitados, a excepción de un momento algo más gamberro… ¡la novia montada en una Montesa Impala! Ya sorprendió a los invitados con su llegada a la iglesia de la Riera, a 2 minutos de Can Martí, pero quisieron volver a dar una entrada triunfal al llegar al aperitivo.

Esa entrada nos puso la piel de gallina y la recordamos gracias a la inmortalización de LAIA SABATER y el video de LES VAQUES. En estos vídeos se recogieron los momentazos de la boda con la ayuda de LOS SUEÑOS DE JULIETA, que dio el toque perfecto a la organización de todo el evento.